Nací en Santiago de Chile en 1974. Soy escritor y consultor en temas educacionales. Padezco una rara enfermedad que me lleva a estar en desacuerdo con casi todas las ideas de moda en mi tiempo. Mo, en realidad no estoy en contra, sólo me parece que muchos de los discursos contemporáneos, desde el marxismo hasta el feminismo, pasando particularmente por el discurso político, de clase y de identidad nacional en Chile, requieren una renovación urgente y radical. Eso para no hablar de mis gustos literarios. He tratado de curarla muchas veces, pero sin éxito, de manera que decidí emprender un blog para darle curso.
Mi primera publicación fue el libro de cuentos Superhéroes. Fruto de la inexperiencia salió con una portada horrorosa en verde chillón. Las cosas mejoraron un poco con En compañía de actores, donde conseguí insertar de portada un cuadro de De Chirico (un poco esnob, pero la verdad muy ajustado al espíritu del libro). Mi primera novela, Acqua alta, gozó de una portada muy alabada, con un diseño inspirado en un mosaico veneciano del siglo VIII (un barco enfrentando una tempestad). En una línea más autopromocional, debo anotar que un crítico insigne comentó: “al leer este libro no dan ganas de copular, aunque sí de leer” (un juicio que creo que es debatible). Mi última novela, Filomela, recrea el trágico mito griego en una población marginal de Santiago, y lleva por portada un block rojizo típico de la vivienda social de los ´80. Afortunadamente, esta novela se ha convertido en un éxito editorial, lo que me permite vivir cómodamente de los derechos de autor (dubious – discuss).
La literatura como campo de batalla 